Las autoridades y equipos de emergencia en Chile trabajan contrarreloj para rescatar a cinco mineros atrapados desde hace casi 24 horas en la mina El Teniente, la principal operación cuprífera subterránea del país y una de las mayores del mundo. El accidente, provocado por un sismo de magnitud 4,2 el jueves por la tarde, causó además la muerte de un trabajador y dejó a otros nueve heridos.
El operativo y los desafíos
Tras el derrumbe en la nueva sección Andesita, las galerías quedaron completamente colapsadas y sin comunicación posible, incluso por radio, complicando aún más la localización exacta de los mineros. «Las túneles están bloqueados, no hay forma de contacto», explicó en conferencia de prensa Andrés Music, gerente general del yacimiento.
Un equipo de alrededor de 100 rescatistas se encuentra en el sitio, incluyendo especialistas que participaron en el histórico rescate de los 33 mineros en Atacama en 2010. En las próximas horas, Codelco —la estatal responsable de El Teniente— planea desplegar maquinaria pesada y robots operados a distancia, apenas cesen las réplicas sísmicas, para remover los escombros y abrir vía de acceso.
Suspensión de operaciones y prioridad humanitaria
Codelco suspendió de inmediato la extracción de cobre y evacuó a unas 3,000 personas de las áreas de riesgo como medida de seguridad. El gobierno chileno, a través de sus carteras de Minería e Interior, ordenó paralizar toda actividad subterránea en la mina hasta nuevo aviso y lanzó una investigación judicial para esclarecer responsabilidades sobre el suceso.
«La prioridad absoluta es el rescate de los atrapados. Cada hora es crítica y toda la infraestructura y recursos del Estado y la empresa están abocados a ese fin», indicaron las autoridades este viernes.
Contexto e impacto
El Teniente, activo desde 1905, alberga más de 4,500 kilómetros de túneles a unos 75km al sureste de Santiago. El accidente ocurre en pleno esfuerzo de modernización y expansión del yacimiento, que ya enfrentaba retrasos productivos. Los cinco trabajadores atrapados pertenecen a la empresa constructora Gardilic, mientras que la víctima fatal era empleado de Salfa Montajes.
El caso reaviva el recuerdo de grandes rescates mineros en Chile y la tensa convivencia entre la actividad industrial y la sismicidad natural del país andino. El pronóstico de las próximas horas será clave para determinar el futuro de los trabajadores y el desenlace de uno de los incidentes más serios en décadas para la minería chilena.