Histórico: la inflación de julio fue de 1,9 % y suma tres meses por debajo del 2 %

La inflación núcleo se desaceleró a 1,5 %, su nivel más bajo desde enero de 2018. El Gobierno celebra el resultado de su plan económico basado en el equilibrio fiscal y la emisión cero.

Buenos Aires, 13 de agosto de 2025 – La Argentina registró en julio una inflación del 1,9 %, según el INDEC, consolidando por tercer mes consecutivo una variación de precios por debajo del 2 %. Se trata de un hito económico: el país no vivía una estabilidad de este tipo desde 2017, marcando un giro histórico en la política macroeconómica nacional.

El dato se conoció en un contexto de cambio estructural: la inflación núcleo, que excluye precios estacionales y regulados, también retrocedió al 1,5 %, su nivel más bajo en más de siete años. Esto refleja no solo un descenso en la velocidad de los precios, sino una desaceleración sostenida del componente más rígido del sistema inflacionario.

En lo que va del año, la inflación acumula un 17,3 %, una cifra muy inferior a la de años anteriores para el mismo período. La variación interanual se ubica en 36,6 %, con tendencia descendente.

Disciplina fiscal, emisión cero y motosierra al gasto: las claves del cambio

Desde el Gobierno nacional atribuyen estos resultados a un cambio de paradigma en la administración del Estado. La clave, explican, fue eliminar la emisión monetaria para financiar el déficit fiscal, una práctica que durante décadas alimentó la inflación.

A eso se suma una reducción histórica del gasto público, equivalente a 15 puntos del PBI, que permitió eliminar el déficit y apuntalar la confianza del mercado. Se eliminaron estructuras innecesarias, se redujeron subsidios distorsivos y se ajustaron partidas para consolidar las cuentas del Estado.

“La inflación ya tiene fecha de defunción”, afirman desde el Ministerio de Economía, celebrando el impacto positivo del ajuste sobre la estabilidad de precios y la recuperación de la confianza.

Estacionales al alza, pero sin arrastre generalizado

Si bien los precios estacionales (como frutas, verduras y servicios de turismo) registraron una suba más marcada, con un incremento del 4,1 % mensual, este fenómeno no contaminó el resto de los precios. El resto de los rubros mostraron variaciones moderadas o incluso negativas, como fue el caso de indumentaria, que cayó un –0,9 % en el mes.

Esto refleja un fenómeno que hasta hace poco era impensable: los aumentos ya no son generalizados ni automáticos, sino que responden a causas puntuales, como la estacionalidad o factores externos.

El camino a la estabilidad

Desde el sector privado y los analistas económicos reconocen que, si bien aún queda camino por recorrer, el proceso de desinflación es tangible y firme. “Tener tres meses consecutivos por debajo del 2 % es un logro enorme, sobre todo viniendo de una inflación mensual de dos dígitos a principios de 2024”, afirman desde la consultora Analytica.

En simultáneo, el Gobierno avanza con medidas de desregulación, consolidación monetaria y disciplina cambiaria para sostener la tendencia a lo largo del segundo semestre. Si se mantiene el ritmo actual, la inflación interanual podría ubicarse por debajo del 25 % en 2026, algo impensado hace tan solo un año.

Julio de 2025 no solo trajo un nuevo dato positivo, sino que confirma un cambio de era: la inflación, por décadas el mayor flagelo económico argentino, empieza a perder peso como amenaza estructural. Gracias al ajuste, la emisión cero y un rumbo económico claro, Argentina da señales de una recuperación basada en fundamentos sólidos. La estabilidad, una aspiración histórica, comienza a tomar forma.

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