La provincia de Mendoza enfrenta una grave crisis en su sistema cloacal, que se encuentra desbordado y colapsado tras años sin inversiones suficientes. Las redes obsoletas, muchas instaladas hace más de 40 años, ya no dan abasto, y el problema se agrava con cada lluvia, provocando desbordes que inundan calles y contaminan espacios públicos.
Las autoridades locales admiten la gravedad de la situación. Según fuentes oficiales, el sistema cloacal funciona al límite de su capacidad y corre riesgos ambientales y sanitarios que requieren una intervención urgente. A pesar de la compra reciente de equipos para destapar cañerías y un plan de inversión provincial en marcha, la reparación integral demandará años y una inversión millonaria.
Vecinos de varios departamentos, especialmente de Godoy Cruz y Guaymallén, reportan desbordes frecuentes que afectan su calidad de vida y generan preocupación ante la falta de soluciones inmediatas.
El gobierno provincial confirmó un presupuesto inicial para mejorar la infraestructura, pero especialistas advierten que sin un plan a largo plazo, el colapso continuará. La demanda de inversión y modernización es clave para evitar que Mendoza siga padeciendo las consecuencias de un sistema cloacal en crisis