En un contexto nacional signado aún por la preocupación inflacionaria, Mendoza logró un dato inédito: los precios al consumidor mostraron un marcado descenso en junio, consolidando una tendencia de alivio para los bolsillos mendocinos.
Una inflación bajo control
Según datos oficiales de la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas (DEIE), la inflación de junio en Mendoza fue del 1,1%, la segunda cifra más baja del semestre y muy por debajo de los registros nacionales y de otras regiones del país. Este nivel representa una desaceleración importante, ya que marca seis décimas menos que la medición de mayo y cinco décimas por debajo de la inflación a nivel nacional, que fue del 1,6% para el último mes.
Rubros que impulsaron la baja
Los rubros que más contribuyeron a este descenso de precios fueron:
- Alimentos y bebidas no alcohólicas: registraron una variación prácticamente estable, generando respiro en la principal preocupación de las familias.
- Prendas de vestir y calzado: mostraron los aumentos más moderados dentro del índice, facilitando el acceso a productos básicos para la temporada.
- Servicios regulados: la provincia mantuvo sin aumentos significativos los servicios públicos y el transporte, lo que ayudó a contener el índice general.
Explicaciones del sector empresarial
Referentes del sector empresarial atribuyen este fenómeno a una conjunción de factores:
- Estabilidad cambiaria relativa, con un dólar “blue” moderado y menor presión sobre los costos de insumos y productos importados.
- Desaceleración de la demanda tras los altos aumentos previos, lo que llevó a muchos comercios y supermercados a ajustar precios o mantener promociones para sostener ventas.
- Competitividad turística y comercial: con una fuerte oferta de descuentos y ofertas en grandes centros comerciales y tiendas locales, especialmente en eventos como “La Salada Mendoza” y otras ferias del rubro.
Impacto en salarios y poder adquisitivo
Gracias a este freno inflacionario, el poder de compra de los mendocinos muestra señales de recuperación. Mientras en 2024 la inflación había cerrado en 117,8%, las proyecciones para 2025 apuntan a un acumulado cercano al 24,8%, una baja de casi 93 puntos porcentuales respecto al año anterior.
Estas cifras permiten prever un mejor escenario para los próximos meses, siempre que se mantengan las condiciones macroeconómicas y la estabilidad de precios.
Perspectiva y desafíos
Mientras la provincia celebra este alivio, el desafío será sostener la tendencia a la baja en un país donde los precios suelen ser volátiles. La clave estará en mantener el equilibrio entre oferta y demanda, evitar nuevos shocks devaluatorios y apostar por el consumo y la inversión local.
Mendoza se posiciona así como un modelo a seguir, demostrando que es posible ganarle la pulseada a la inflación y ofrecer respiro a sus ciudadanos